Wednesday, November 23, 2016

Historias ocultas en el Amazonas: Entrevista al profesor Jorge Pulecio

En los días de la Feria del Libro de Miami, cuando iba rumbo a mi trabajo, escuché por radio Caracol 1260 una entrevista a un autor colombiano que estaba, como muchos otros escritores, aprovechando la feria para promocionar su libro. En los pocos minutos que le concedieron alcancé a entender que se trataba de una historia de la que quería saber más.

El invitado, un profesor de economía de la Universidad Nacional, hablaba sobre un territorio le ha dado identidad e importancia universal a América del Sur pero que casi todos desconocemos: el Amazonas. Ahí estaba, este hombre de voz calmada y lenguaje académico hablando de poesía, de amor, de la pasión por la selva y de la guerra. Apreté el acelerador para llegar más temprano y alcanzar a tomar sus datos antes de que saliera de la emisora.

Después de varios intentos para coordinar, gracias a la ayuda de otro caqueteño, Carlos Beltrán, de El Sol Latino Newspaper, conseguimos realizar una entrevista en la que tuvimos ocasión de comenzar un diálogo que, estoy seguro, continuará en otras jornadas, algunas diurnas como esta, y otras en la noche, tal vez con un vino de por medio.


Es que este profesor de economía, que suele ocupar cátedras y cargos y dar lectures sobre los más abstractos temas, en su libro “Amor y guerra en el Amazonas” (Editorial Planeta) muestra un rostro de gran humanidad y sensibilidad profunda.



Como escritor, siempre me he sorprendido al encontrar personas que pueden hablar diversos lenguajes literarios. El profesor Pulecio es uno de ellos. Escucharlo hablar de la historia del Amazonas, de las Cinco guerras que han vivido esas selvas, de los tiempos de la colonización en los años sesenta y setenta, de los conflictos agrarios y las luchas por construir una identidad cultural aún entre las permanentes escaramuzas de enemigos que pertenecen a la misma tierra y tienen las mismas urgencias, de eso y mucho más, pero en un lenguaje más humano, menos abstracto que el del economista, es formidable.

En el conflicto armado colombiano, la selva ha sido el refugio de los rebeldes y también ha recibido el influjo de los que huyen. Hasta allí han debido desplazarse miles de soldados de otras regiones que han patrullado esas trochas y ríos frente al temor de la emboscada; allí han vivido durante años centenares de guerrilleros que han hecho de la selva su hogar; hasta allí han llegado misioneros de remotos países o de ignotas regiones de la misma Colombia; entre la maleza han brotado y prosperado laboratorios en los que se procesan coca y amapola y que han hecho fortunas criminales; allí han sido derribados gigantes de madera que han dado de comer unos días y después han dejado un desierto por herencia. Y, en medio de todo esto, la selva herida sigue prodigando sus bendiciones y sus habitantes originales siguen viendo la llegada de extraños que traen sus guerras y se llevan sus recursos.

Pero esa selva que ha servido para ocultar rebeldes y cazadores de fortuna, también ha servido para mantener la guerra lejos de las ciudades, lejos de la gran población que, por eso mismo, ha vivido el conflicto por televisión y no en carne propia. Por eso es tan importante un testimonio como el del profesor Jorge Pulecio, que trae a punta de cuento y canto un caleidoscopio de historias fracturadas, de vidas extraviadas, de amores y guerras refundidos allá entre la manigua de nuestra inmensa Amazonia.

Les invito a ver la entrevista que realizamos en la ya proverbial Plaza Colombia en el Westwind Lakes Park de Kendall y a que después, con interés, compren el libro para entender aún mejor acerca de las mil maravillas que aún se esconden entre el matorral pero que en los años por venir comenzaremos a encontrar profusamente en las voces de los testigos que hasta ahora no han tenido una voz pero pronto nos contarán lo que allí se encontraron.


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Monday, November 14, 2016

De la protesta al activismo

Creo que muy pocos de mis amigos que votaron por Donald Trump son racistas, sexistas, xenófobos o antigay. Así como creo que pocos de los que votaron por el No en el Plebiscito quisieran regresar a la guerra. Entonces, ¿por qué son más los malos entendidos que lo bueno por comprender?

Se ha abierto un gran abismo en nuestras comunidades, incluso entre familiares, viejos amigos, gente que se quería mucho y hoy no se tolera. En parte es culpa de nosotros mismos, pero es, ante todo, algo que nos llovió desde las élites y nos infectó a todos. Para simplificarlo aún más: es culpa de los diseñadores de campañas.

La política electoral está llena de mentiras, medias verdades y algunas (muy pocas) realidades. Es un asunto de branding, de marca, de presentación. Poco tiene que ver el contenido y mucho el mercadeo de eslóganes y la manipulación de emociones. Los vendedores de candidatos saben estimular los deseos, los miedos y las emociones de su mercado, el electorado. Y, para infortunio de muchos, la derecha ha sido más efectiva a la hora de sobre-simplificar los contenidos para vender sus candidatos a más personas y ganar las más recientes elecciones: Brexit, Plebiscito, Trump, entre otras.

No voy a transferir a sus votantes todo lo que dijo Donald Trump. Es más: no creo que él mismo se creyera todo lo que dijo, ni que dijera todo lo que creía. Como escribí al comienzo, algunos de mis amigos y conocidos tendrán algo de racismo o de desprecio por “los ilegales” en sus corazones y quizás eso les haya motivado a votar por Trump. Pero la mayoría, quiero creer, tenían otras ideas en la cabeza y ese hombre las representaba mejor.

Me da tristeza ver, eso sí, que la forma como se condujo esta campaña envalentonó a los supremacistas blancos, a los verdaderos racistas, a los que desprecian al inmigrante, a los que se creen que esta nación les pertenece “a ellos”. Las primeras acciones de Donald Trump –como la selección de algunos miembros de su gabinete y la entrevista que otorgó al programa 60 Minutos- no contribuyen a mejorar esa calificación. Sigue agitando ese avispero y las avispas, encantadas, están saliendo a hacer lo que saben hacer.

Por eso creo, como muchos otros, que la protesta y las manifestaciones sí tienen validez y cabida en este período. Se trata de hacer contrapeso al intento ya visible de la alt-right de transformar esta nación en una dirección inaceptable. Se trata de defender a los débiles, se trata de que las minorías no se dejen aplastar, se trata de insistir en el rechazo frontal a los antivalores que desde la nueva élite se quieren forzar. Se trata de defender derechos que se adquirieron con mucho esfuerzo y que un desacierto de una mayoría mal contada no puede destruir.

La protesta es un derecho y una libertad inalienable de la democracia y debe ser respetada. El derecho a la libre expresión no solo debe tolerarse, sino que además debe ser protegido como una de las expresiones más puras de la democracia.

En todo caso, además de la protesta debe haber aporte. No se puede sencillamente lanzar improperios o escribir sentencias memorables. Hay que hacer trabajo concreto: organizar, movilizar, servir, especialmente servir para transformar conciencias y cambiar vidas. Hay que sumarse con tiempo, trabajo y dinero a las causas que valen y que queremos que sobrevivan. Apoyar a los defensores de los derechos civiles, defensores de los inmigrantes, defensores de las mujeres y de sus derechos, de las minorías raciales y de género. Hay que dejar de ser meros votantes o, peor, indiferentes, y convertirnos en activistas, en actores de nuestro destino.

De manera que para el próximo ciclo electoral estemos preparados y hayamos sumado, no solo los que reciban nuestro apoyo y aporte, sino los desencantados de Trump, que serán muchos y debe haber espacio para que se sumen.

Espero que con este renovado espíritu de esfuerzo y trabajo que ha surgido en muchos, especialmente entre los jóvenes, consigamos contrarrestar las partes más viciadas del intento del alt-right de trastornar la democracia, y estemos preparados para revertir el curso de los acontecimientos en una dirección más apropiada en camino a los valores más favorables, como la tolerancia, la inclusión, el respeto a las diferencias, la convivencia y el servicio.

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Wednesday, November 9, 2016

Luchar más fuerte

Ganó la sombra. Está claro que era más grande y poderosa de lo que calculábamos. Quizás habíamos dejado de mirar o sencillamente no la veíamos. Pero allí estaba, agazapada, escondida en la oscuridad del corazón. Allá estuvo siempre aunque dejamos de reconocerla. Nos convencimos –tontos nosotros- de que estaba derrotada. Y, desde ese rincón cada vez más grande, saltó como bestia malherida y nos arrebató el sueño.

La sombra hoy tiene cara de magnate, palabras de bruto, mirada de odio. La sombra hoy tiene cara de vecino, palabras de ex amigo, mirada de supremacista blanco o latino. La sombra tiene olor a Napalm y un dedo en el más peligroso de los botones, tiene capuchas blancas y muchos AR-15 escondidos en los pantanos. La sombra es despiadada, le falta corazón, es ruda, gris, perversa y no respeta formalidades. La sombra está enojada, está confundida, cree que le hemos hecho daño y quiere castigarnos. Olvidó que llegó aquí en un barco de refugiados y se bajó en un puerto con la cara sucia y que trabajó los peores oficios. Ahora que nos mira desde su ventaja de los tiempos, la sombra está convencida de que sólo a ella le pertenece lo que hay en estas tierras. Quiere cerrarnos la puerta en la cara y, si pudiera, se desharía de nosotros. Probablemente hará el ademán y es posible que hasta comience a ejecutar la obra.

¿Qué hacer? Esa es la pregunta en boca de todos los que, con temor, vemos el ascenso del terror. ¿Qué hacer ante el peligro? ¿Acaso amainará sus mañas y se amilanará ante la dimensión del trabajo? Tal vez no. Quizás lo asuma como hasta ahora, como un juego perverso, como un programa de televisión que está transmitiéndose las 24 horas al día y donde lo que importa son las apariencias, no las realidades.

¿Qué hacer? Luchar, es mi respuesta. Luchar más y mejor. Ser más efectivos, ser más precisos, ser más atrevidos. Recobrar los espacios perdidos, avanzar donde haya posibilidades y resistir donde sea urgente. Habrá que sumarse a otras causas, multiplicar los propósitos, vencer más miedos. Habrá que hacerse millones donde éramos cientos. Habrá que despertar a quienes duermen, agitar a los perezosos, mover a los paralizados.

Habrá que ser más valientes, habrá que ser más duros, habrá que ser más fuertes. Habrá que aprender a reconocer nuestras debilidades y convertirlas en fortalezas, aprender a distinguir sus debilidades y concentrar en ellas nuestros esfuerzos. Habrá que cambiar el lenguaje, aprender nuevos oficios, diseñar nuevas estrategias, abrir nuevos caminos. Habrá que encontrar nuevas metas, nuevas tácticas, nuevos destinos.

Habrá mucho que aprender. Ha llegado la sombra a comandarnos y tendremos que aprender a resistir y a contrarrestar sus intentos por dominarnos. No podemos permitirlo. Que nos sirva de acicate para el crecimiento.
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Saturday, November 5, 2016

Colombianos se reencuentran con la paz en Miami

Decenas de colombianos se reunieron en la Plaza Colombia en pleno corazón de Kendall en Miami, Florida para sembrar un árbol que representa sus anhelos y propósitos de paz para su país.

En un breve encuentro no partidista y completamente independiente, un grupo de colombianos y sus hijos se encontraron en ese emblemático lugar el sábado 5 de noviembre de 2016 a las 10 de la mañana, para manifestar su apoyo a los renovados esfuerzos de distintos protagonistas de la vida política de Colombia por encontrar un camino que conduzca al cese definitivo del conflicto armado.

Durante el encuentro todos los presentes sembraron juntos un árbol que representa la paz sembrada en sus corazones y en el país.

La cantante Diana Naranjo cantó su tema original “Vamos a querernos” que ofreció para la ocasión mientras los concurrentes echaban tierra al árbol de flores amarillas. Especialmente los niños participaron con entusiasmo, pero todos los que acudieron a la cita tuvieron ocasión de poner su puñado de tierra. Todos, sin excepción, con pala, con cuchara o con las manos, se acercaron y dejaron su huella en el Westind Lakes Park de Kendall.
La Plaza Colombia, fundada en noviembre de 2012, se va convirtiendo poco a poco en un sitio que va dando identidad a una de las más importantes comunidades latinas del sur de la Florida, cuya  población de decenas de miles de personas, ejerce gran influencia en la cultura, la economía y la política del sur de la Florida y, cada vez más, de Colombia.

"Rompecabezas",
Durante la jornada, además de los himnos nacionales de Estados Unidos y Colombia y las palabras de los organizadores, hubo actividades para que los niños participaran directamente: un rompecabezas “Arma la paz”; un “Laberinto del Ciudadano” en el que el sino de paz en Colombia acaba en el Sí; pintaron macetas que después se llevaron a sus casas con semillas de Colombianas y otros actos.

Cada uno de los participantes tuvo la oportunidad de dejar sus pensamientos y deseos para la paz en Colombia y estos fueron publicados en Internet, dejando testimonio de su presencia.

Estos son los mensajes que los presentes dejaron:
"Canasta de mensajes de paz".

“Por todos y con todos por la paz”
“La paz en paz. Todo, todo por la paz”
“Por los que se fueron, por lo que vendrán”, Diana Naranjo
“Mientras más paz alberguemos en nuestros corazones, mayor será nuestra fortaleza”.
“Dios es el único que nos da la paz. Roguemos al corazón humilde y él estará atento a nuestra súplica. Colombia, patria querida, te quiero libre y en paz. Fabiola Ruíz, turista colombiana”.
“Deseamos la paz de Colombia pronto. Dios te bendiga Colombia, te amo. Adelaida Bastidas”.
“¡La paz! ¡Espero para la paz!”.
“Ego says: ‘Once everything falls into place, I feel peace’. Spirit says: ‘Find your peace and then, everything falls into place.’”
“La paz es totalmente posible. Empecemos el proceso en nuestra propia casa. Paula Gutiérrez”.
“Colombia, te quiero. Doy paz”, B.A.
“I hope peace will bring as prosperous future to come.”
“Con la esperanza intacta y más viva que nunca de que en Colombia se silencien los fusiles de la guerra para ¡siempre!”, Francisco Martínez Díazgranados.
“Hoy más que nunca sembremos la semilla de la paz en el corazón de todos los colombianos. Que nuestro abrazo sea un saludo de paz que salga de lo más profundo del alma”, Margith López.
“Orgullosos de pertenecer a nuestra amada Colombia y de estar apoyando de ‘La paz es posible, #AcuerdosYA en #Miami, Florida”, Jesús y Luz Alba Gutiérrez.
“Orar por la paz para siempre”, Rodrigo Bastidas.
“Esta es una oportunidad histórica para dejarle un mejor país a nuestros hijos. No repitamos los errores del pasado y dejemos de pensar que los problemas de Colombia se acaban matando colombianos. #AcuerdosYA”, Pablo Durán.
“May peace prevail in Colombia.”
“Paz para Colombia pero con diálogos y tolerancia”.
“I hope for the reconciliation the beautiful country and people of Colombia”.
“Todo lo que vale la pena es difícil, pero vale pena (lo dijo mi hija). La paz de Colombia vale la pena. Todos por Colombia”, E.M.R.
“Quiero renovar mis deseos porque nuestra amada Colombia cambie los sonidos de las bombas y las balas por los de los tiples, guitarras, bandolas, cuatros, acordeones y maracas al son de bambucos, pasillos, torbellinos, joropos, cumbias, porros, vallenatos, merengues y currulaos en todos los campos del país. Sí a la paz”, Teresa Stapper de Plata.
“Do human rights. Be happy. Help people that have no home and be safe.”
“Siempre he pensado que vivir en paz es lo más grande para el ser humano. ¿Por qué queremos seguir matándonos entre hermanos? Todos tenemos derecho a vivir. No más guerras”.
“Quiero tener paz en Colombia y quiero que no haya problemas. I’m with her. Stop Trump. Love Colombia”.
“No pienso y existo. Uribe”.
“Si no tenemos a Dios presente [en] cada uno de nosotros no habrá paz”.
“Hoy me embriaga la paz, me arrulla la armonía, me despierta la esperanza. Hoy soy parte de ese canto colectivo que celebra la promesa de todo lo que puede ser”, Sabiduría digital, Miguel Álvaro Sarmiento.
“Primero tenemos que aceptar a Dios en nuestro corazón y luego tener la confianza [de] que a través de él lograremos la paz en nuestro país”, Olga Ruíz.
“Que sea el amor y la esperanza lo que nos mueva. No más miedo, no más temor. Que no gane en Colombia nunca más el discurso de la guerra. Paz. #AcuerdosYA”.
“Gracias a Dios le doy por ser colombiana y, como tal, tengo que luchar por la paz de nuestro país. Estoy feliz de haberlos conocido”, Ivone.
“Se escuchan vientos de paz, vientos de alegría, de amor para mi Colombia querida. Aún no se ha dicho No. Es solo el comienzo de una verdad, de una realidad. Sí a la paz”, Olga Patricia Bobadilla.
“Do human rights. Be happy and be safe. Be yourself. Be free.”
“#AcuerdosYA. ¡Pero ya! Que nos enfriamos”.
“Paz para que haya justicia. Justicia para que haya paz”.


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Los colombianos de Miami sembramos paz

[Aquí puedes ver el video del evento] 
"Manglar", dibujo del autor
Los colombianos que vivimos en el sur de la Florida tenemos mucha suerte porque hemos cambiado un paraíso por otro. Hemos dejado nuestra hermosa tierra por otra igualmente generosa y fértil. Aquí trajimos nuestros sueños y hemos encontrado cómo realizarlos. También trajimos nuestras penas y aquí hemos encontrado cómo sanar algunas de ellas. Sin embargo, allá se nos quedó una buena parte del corazón y por eso no logramos desprendernos de nuestro país, de sus penas y de sus esperanzas.

Desde aquí observamos con atención los sucesos que allá ocurren, nos mantenemos pendientes de sus avances y retrocesos, vivimos conectados de todas las formas posibles con ese mundo que se quedó pero que llevamos con nosotros a todos lados, como un tatuaje. Aunque pasan los meses, pasan los años, seguimos prendidos al terruño, al recuerdo, a la memoria.

Porque aún estamos adheridos a lo que nos dio origen, desde aquí buscamos la manera de participar en sus acontecimientos más importantes. Por eso, estos Acuerdos para el fin del conflicto armado que se escribieron durante seis años, y que nos llevaron a un Plebiscito, no pasaron desapercibidos para nosotros, siempre estuvimos interesados en lo que estaba por ocurrir y está ocurriendo.

Es un error suponer que porque ganó el No en Miami, nuestra gente esté deseando la guerra. Aquí estamos nosotros para recomponer esa percepción. Estos colombianos del sur de la Florida queremos la paz para los nuestros, queremos mantener vivo el poder de soñar con un mejor futuro para nuestros descendientes. Aquí estamos para dar testimonio de que queremos que se forjen todos los acuerdos necesarios, los ya pactados y los que se están pactando en estos días, hasta que juntos podamos proyectarnos al futuro como un solo pueblo, unidos en el compromiso de no volver a usar las armas para hacer política ni para intentar imponer ideas.

Por eso, aquí estamos, junto a nuestras hijas, para sembrar en nosotros y en ellas la idea de la paz, para que esta crezca fuerte en nuestros corazones, para que extienda sus raíces y se alimente de lo que somos y proyecte sus ramas y sus hojas hacia el mundo para dar sombra y refugio a todos los seres que se acerquen y quieran anidar. Seremos seres de paz para nuestro pueblo, ejemplo de tolerancia, solidaridad, afecto, efecto y empatía. Ese es nuestro compromiso y esa nuestra tarea.

Aceptamos que hay quienes cuestionaron algunos aspectos de los Acuerdos que se estaban refrendando en el Plebiscito y entendemos que había importantes reparos que tenían para hacerles. Ahora les invitamos a incorporarse a las filas de quienes marchamos hacia la paz, les invitamos a este reencuentro con Colombia.

Vemos con gran optimismo que después de la votación, la cordura ha prevalecido entre todos los protagonistas principales de esta historia. Estamos esperanzados en que las nuevas negociaciones prosperarán hasta llevarnos a una conclusión efectiva y completa, de modo que quienes estaban quedando fuera de los Acuerdos, consigan integrarse y formar parte positiva y creativa de esta nueva era que estamos construyendo.

A los negociadores les enviamos nuestra solidaridad y les instamos a que hagan todos los esfuerzos necesarios para alcanzar el objetivo. Queremos la desmovilización de los colombianos que se armaron y también la desmovilización de quienes mantienen sus corazones armados para la guerra. Entendemos que es urgente que este proceso se complete pronto, para que se mantenga la cohesión de los elementos más volátiles y no se pierda el impulso que como pueblo traíamos.

Aquí, desde esta Plaza Colombia en Kendall, queremos sumarnos a las marchas, caminatas, foros, encuentros y demás manifestaciones que se han multiplicado en todas partes del mundo a favor de la paz en Colombia. Aquí le sumamos pueblo a ese anhelo que venimos cultivando desde hace años y que hoy hacemos símbolo en este árbol que juntos sembramos en el corazón del sur de la Florida.

La paz es posible.
Para la paz, todo. Para la guerra, nada.
#AcuerdosYA #Miami


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Wednesday, November 2, 2016

Sucia política

Basta encender el televisor, abrir Facebook, tratar de tocar un video en YouTube, abrir algún grupo de amigos en WhatsApp o mirar el email para darse cuenta de las más obvias verdades de la política: la mentira y la corrupción. Toda la publicidad política es negativa, destructiva. Los candidatos se atacan, se destrozan en público, se acusan mutuamente de estar comprometidos con intereses especiales o con tranzas ilegales o con apoyos indebidos o con pasados lamentables.

Flaco favor se han hecho los políticos en esta elección. Si hay algo de lo que estoy convencido es que el 9 de noviembre estaremos bajo el comando de una casta política corrupta y mentirosa, egoísta y tramposa. Y, es que no importa quién gane: los mismos políticos han contribuido a convencernos de que todos ellos son un desastre y que no habrá salvación para nadie. Gane quien gane, ya perdimos.
"Nudo de serpientes naufragantes",
así son nuestros políticos hoy
(Dibujo del autor)

Lo lamentable es que, a pesar de las promesas de cambio que escucho en muchos de los votantes de hoy, no veo en el horizonte un verdadero movimiento que impulse un cambio desde la ética de la política para modificar nuestra realidad. No lo veo. Lo que percibo es una combinación entre el miedo y la venganza. La gente no está pensando en el bien común a la hora de depositar su voto: lo que hace es, por un lado, defenderse de quien le ataca o le amenaza o le acusa de estúpido o ignorante; y, por el otro, quiere vengarse de quienes percibe como sus enemigos, sean estos los políticamente correctos, los inmigrantes, las feministas o los de otro color.

Es urgente un cambio en la dirección de nuestra sociedad. Entre tanto ruido y basura es difícil distinguirlo. Estimo que tampoco se verá en los próximos meses de vitriolo y confrontación que nos esperan después de la elección. Así que tomará tiempo, pero estoy seguro de que en algún momento se aclararán las nubes de gas pimienta que no nos dejan ver y comenzaremos a distinguir quiénes son y dónde están los nuevos políticos no corruptos que emplazarán esta casta lamentable de hoy.

Estaré atento. Les recomiendo lo mismo a ustedes.


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Tuesday, November 1, 2016

5 de noviembre, 10AM: Reencuentro de unidad: Colombianos de Miami por la paz

 REENCUENTRO DE UNIDAD DE LOS COLOMBIANOS

Quiénes:    Todos los colombianos en el sur de la Florida y amigos
Cuándo:    Sábado 5 de noviembre, 10:00 AM
Dónde:       Plaza Colombia en el parque Westwind Lakes
6805 SW 152 Ave., Miami, FL. 33193
Invitan:       Invitan: Activistas en el Sur de la Florida #AcuerdosYA #Miami

Los colombianos en el Sur de la Florida observamos con atención los acontecimientos que suceden en nuestro país y queremos sumarnos con nuestra presencia a los esfuerzos que hoy se realizan para alcanzar el fin del conflicto armado con las FARC y el ELN.

Como parte de este gran diálogo nacional que se ha abierto, quienes vivimos en el sur de la Florida no somos indiferentes a los hechos y las decisiones y por eso vamos a dejar un testimonio de unidad.

Ven con tu familia y amigos -sin símbolos partidistas- el sábado 5 de noviembre a las 10 AM a la Plaza Colombia de Miami para sembrar juntos un árbol que será un símbolo de la paz que entre todos buscamos construir para nuestras futuras generaciones.

Desde aquí enviaremos nuestro aliento a quienes negocian los siguientes pasos de estos procesos, unidos para que consigan resolver pronto las diferencias y para que lo hagan bien, de modo que podamos concentrar nuestros esfuerzos en la tarea del desarrollo y la construcción de un gran futuro para nuestros descendientes.

#AcuerdosYA #Miami

Informes:  (305) 431-1398 / (786) 366-8795 / (646) 714-7691

Juan Pablo Salas - xjuan@aol.com - ElOpinon.blogspot.com