Por Juan
Pablo Salas “El Opinión”
La filtración de la noticia de que la Administración
Biden planeaba sacar de la lista de organizaciones terroristas a la ex
guerrilla de las Farc ocasionó gran revuelo. Mientras que desde Colombia
llegaban imágenes optimistas –un saludo cordial entre Iván Duque y Juan Manuel
Santos; la visita de Antonio Guterres, secretario general de la ONU y otras—,
en la Florida algunos demócratas reaccionaron con histeria típicamente
republicana.
No sorprende que la alcaldesa del condado de Miami-Dade Daniella Levine-Cava emitiera un mensaje criticando la decisión de la Administración Biden, quizás porque no tiene en su equipo de trabajo un asesor en temas colombianos.
Sí preocupa, que candidatos demócratas a la
gobernación emitieran comunicados similares condenando la decisión. Charlie
Crist se manifestó preocupado por la decisión de sacar a las Farc de la lista
de organizaciones terroristas sin hacer ninguna salvedad, excepto que “se
ganaron esa designación”. Incluso la senadora estatal Annette Taddeo, demócrata
de origen colombiano, reaccionó de manera visceral y condenó la decisión de la
Administración Biden.
La senadora Taddeo tiene una historia personal de
persecución por parte de las Farc y su padre fue secuestrado por esa guerrilla
hace varias décadas. Sin embargo, como demócrata de origen colombiano que
durante años ha venido siguiendo el proceso, debería entender mejor los
términos del Acuerdo y entender que la decisión no era ninguna clase de
respaldo al terrorismo o a la izquierda en Chile, Venezuela o Nicaragua, como
suelen decir los líderes colombianos del trumpismo en el sur de la Florida. Después
intentó culpar a la Casa Blanca por sus propias declaraciones asegurando que no
le ofrecieron toda la información desde el principio y, claro, esto se debió a
que reaccionaron a una filtración de la noticia y no al comunicado del
Departamento de Estado.
La única que se diferenció, quizás porque cuenta con la
asesoría correcta, fue Nikki Fried, Comisionada de Agricultura, quien manifestó
que continúa apoyando los esfuerzos de Colombia para perseguir a las
disidencias de las Farc y a las demás guerrillas.
El hecho de que algunos candidatos y funcionarios
demócratas en la Florida no se hayan tomado el tiempo necesario para evaluar la
situación y la decisión que tomó el presidente Biden y su Departamento de
Estado al respecto, y que en su respuesta usen el mismo lenguaje condenatorio
de los republicanos, ha sido nocivo para la paz, nocivo para Colombia y una
señal de que la propaganda trumpista basada en mentiras, engaños y la hipérbole
del comunismo, ha hecho mella en ellos. Optaron por la vía fácil de condenar a
su propia Administración en Washington D.C., en lugar de apoyar a los
colombianos.
Quizás los candidatos no pensaron que el Acuerdo de
paz con las Farc se firmó hace cinco años y que a dicho pacto se llegó después
de varios años de suspensión de actividades bélicas. En otras palabras, el
gobierno de Estados Unidos esperó diez años antes de tomar esta decisión, tras
comprobar que en efecto los términos del pacto se han cumplido. El proceso
necesitaba un fuerte respaldo de EE. UU.
Además, está claro que la decisión del Departamento de
Estado no incluye a las disidencias de las Farc, hoy conocidas como Segunda
Marquetalia, que continúan delinquiendo y cometiendo actos terroristas. Dicha
fracción firmó el Acuerdo, pero lo incumplió, y por lo mismo seguirá siendo
perseguida con todas las fuerzas, y de ninguna manera está incluida en esta
decisión, a pesar de que la propaganda republicana así lo diga.
Me pregunto: ¿hay demócratas que prefieren creerle a
la propaganda republicana trumpista en lugar de creerle a su propio partido y a
su propio presidente? ¿Desconocen los candidatos la existencia de la Justicia
Especial para la Paz JEP y el proceso que en ella se sigue contra la dirigencia
de la exguerrilla, precisamente para evitar la impunidad que ha sido
tradicional en Colombia?
Los demócratas hemos apoyado el proceso de paz en
Colombia y las decisiones que en ese sentido ha venido tomando la
Administración Biden, que son fundamentales para su avance. La decisión de
sacar al Partido Comunes (ex FARC) de la lista de organizaciones terroristas ya
la había tomado hace años la Unión Europea, por lo que la actual decisión no
altera el panorama político y no ofrece ninguna clase de apoyos a los
comunistas, socialistas o castrochavistas de Colombia, como repiten insistentes
los republicanos.
Si los candidatos demócratas creen que repitiendo las
palabras y multiplicando los falsos miedos que usan los republicanos trumpistas
para atacar el proceso de paz en Colombia van a conseguir más votos que Ron
DeSantis, están muy equivocados. Eso no les diferencia, al contrario, los equipara.
Como colomboamericano, espero que pronto escuchemos un
mensaje demócrata contundente de apoyo a la paz en el que muestren que están
del lado de Colombia, del lado de la paz, del lado de Biden y, sobre todo, en
contra de los trumpistas radicales de derecha y de la propaganda nociva que
confunde a miles de votantes.
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