Wednesday, November 23, 2016

Historias ocultas en el Amazonas: Entrevista al profesor Jorge Pulecio

En los días de la Feria del Libro de Miami, cuando iba rumbo a mi trabajo, escuché por radio Caracol 1260 una entrevista a un autor colombiano que estaba, como muchos otros escritores, aprovechando la feria para promocionar su libro. En los pocos minutos que le concedieron alcancé a entender que se trataba de una historia de la que quería saber más.

El invitado, un profesor de economía de la Universidad Nacional, hablaba sobre un territorio le ha dado identidad e importancia universal a América del Sur pero que casi todos desconocemos: el Amazonas. Ahí estaba, este hombre de voz calmada y lenguaje académico hablando de poesía, de amor, de la pasión por la selva y de la guerra. Apreté el acelerador para llegar más temprano y alcanzar a tomar sus datos antes de que saliera de la emisora.

Después de varios intentos para coordinar, gracias a la ayuda de otro caqueteño, Carlos Beltrán, de El Sol Latino Newspaper, conseguimos realizar una entrevista en la que tuvimos ocasión de comenzar un diálogo que, estoy seguro, continuará en otras jornadas, algunas diurnas como esta, y otras en la noche, tal vez con un vino de por medio.


Es que este profesor de economía, que suele ocupar cátedras y cargos y dar lectures sobre los más abstractos temas, en su libro “Amor y guerra en el Amazonas” (Editorial Planeta) muestra un rostro de gran humanidad y sensibilidad profunda.



Como escritor, siempre me he sorprendido al encontrar personas que pueden hablar diversos lenguajes literarios. El profesor Pulecio es uno de ellos. Escucharlo hablar de la historia del Amazonas, de las Cinco guerras que han vivido esas selvas, de los tiempos de la colonización en los años sesenta y setenta, de los conflictos agrarios y las luchas por construir una identidad cultural aún entre las permanentes escaramuzas de enemigos que pertenecen a la misma tierra y tienen las mismas urgencias, de eso y mucho más, pero en un lenguaje más humano, menos abstracto que el del economista, es formidable.

En el conflicto armado colombiano, la selva ha sido el refugio de los rebeldes y también ha recibido el influjo de los que huyen. Hasta allí han debido desplazarse miles de soldados de otras regiones que han patrullado esas trochas y ríos frente al temor de la emboscada; allí han vivido durante años centenares de guerrilleros que han hecho de la selva su hogar; hasta allí han llegado misioneros de remotos países o de ignotas regiones de la misma Colombia; entre la maleza han brotado y prosperado laboratorios en los que se procesan coca y amapola y que han hecho fortunas criminales; allí han sido derribados gigantes de madera que han dado de comer unos días y después han dejado un desierto por herencia. Y, en medio de todo esto, la selva herida sigue prodigando sus bendiciones y sus habitantes originales siguen viendo la llegada de extraños que traen sus guerras y se llevan sus recursos.

Pero esa selva que ha servido para ocultar rebeldes y cazadores de fortuna, también ha servido para mantener la guerra lejos de las ciudades, lejos de la gran población que, por eso mismo, ha vivido el conflicto por televisión y no en carne propia. Por eso es tan importante un testimonio como el del profesor Jorge Pulecio, que trae a punta de cuento y canto un caleidoscopio de historias fracturadas, de vidas extraviadas, de amores y guerras refundidos allá entre la manigua de nuestra inmensa Amazonia.

Les invito a ver la entrevista que realizamos en la ya proverbial Plaza Colombia en el Westwind Lakes Park de Kendall y a que después, con interés, compren el libro para entender aún mejor acerca de las mil maravillas que aún se esconden entre el matorral pero que en los años por venir comenzaremos a encontrar profusamente en las voces de los testigos que hasta ahora no han tenido una voz pero pronto nos contarán lo que allí se encontraron.


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