Sunday, September 23, 2012

Al borde del barranco y sin paracaídas

La campaña presidencial ha entrado en una etapa más agresiva, pero de los candidatos tiene su discurso claro. Peor aún, ninguno de los partidos tiene clara la fórmula para acelerar la economía y generar empleo.

(Publicado originalmente el 06/07/2012) http://especiales.caracol1260.com/eleccionesusa/noticias/al-borde-del-barranco-y-sin-paracaidas/20120607/blog/1701867.aspx

Ambos bandos repiten los eslóganes y quieren convencernos desde ahora que poseen el secreto de la reactivación económica, pero es mentira. Lo único que han dejado ver con claridad es lo que ya hemos venido discutiendo desde hace años y que también se discute en Europa: gasto público vs. austeridad fiscal.

En Grecia y Francia han ganado las tesis de la izquierda: privilegiar el gasto público para estimular el crecimiento. En España y Alemania han prevalecido las tesis de la austeridad a toda costa. Ahora la Unión Europea quiere encontrar una fórmula intermedia que permita recortar la deuda pública pero que también estimule el crecimiento. Sin embargo, a juzgar por los resultados y por lo que se ha vivido en las bolsas de valores, no han encontrado cómo hacerlo.

Aquí en EEUU el dilema es similar. Mientras que el presidente Barack Obama promueve el aumento de impuestos para los más ricos para reducir el déficit, el republicano Mitt Romney propone que se recorte el gasto público (los programas sociales pero no el gasto militar) pero que no se incrementen los impuestos. En el Congreso, paralizado por la ideología y por ser un año electoral, ninguna de las dos tesis logra suficiente tracción y el país permanece en un limbo económico que ha mantenido la economía en un crecimiento tibio que no permite despejar la incógnita.

Los empresarios no ven claridad en su futuro y prefieren mantener guardado su capital, invirtiéndolo en negocios monetarios en vez de producir bienes, y por lo tanto el empleo no aumenta. Desde todos lados llegan quejas respecto al aumento desproporcionado del déficit fiscal, pero todos quieren que el déficit se reduzca sin aumentar los impuestos y sin recortar los gastos. Con así, ¿cómo pretendemos balancear el presupuesto?

Los políticos y los economistas no lo quieren admitir, pero lo cierto es que no tienen la fórmula que genere aceleración de la economía y crecimiento del empleo. Es más: si alguien la tiene, no la va a compartir en año electoral para ofrecérsela a su oponente. Los políticos están cuidando su pellejo y por eso, aunque tuvieran una solución disponible, no la van a aplicar este año, con este Congreso inoperante.

La Oficina de Presupuesto del Congreso, la famosa GBO, que no es partidista, nos ofrece dos luces claras en medio de esta oscuridad.

En un reporte reciente, acuñaron el término ‘barranco fiscal’ para referirse a lo que sucedería si se dejan expirar las exenciones de impuestos de la era Bush en enero y al mismo tiempo se aplican los recortes automáticos al presupuesto que ascienden a 1200 billones de dólares. En ese caso, el 2013 nos recibiría con una nueva recesión. Un golpe a la tesis demócrata.

Pero, contradictoriamente, días después esa misma oficina emitió otro reporte en el que sostiene que si se extienden indefinidamente los recortes de la era Bush, el déficit aumentará hasta el 200 por ciento del PIB para el año 2037. Un golpe a la tesis republicana.

En mi opinión, la solución va por el camino intermedio, pero ese requiere de políticos pragmáticos capaces de ceder y lograr compromisos, pero de esos quedan muy pocos, pues la polarización ideológica es la regla de hoy. Lo que veo y escucho es un rechazo ciego de la propuesta del oponente y ningún intento por encontrar un verdadero acuerdo. Mientras tanto, el país avanza hacia el borde del barranco y no se ha puesto el paracaídas. La pregunta clave es: ¿Con quién saltaremos al abismo?

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